The United Nations Office for Project Services (UNOPS)

La limpieza de los océanos pasa por detener la contaminación terrestre

Las acciones a nivel mundial contra la contaminación marina se centran en limpiar los océanos. Sin embargo, si queremos tener un impacto real y duradero, debemos atajar el problema de la contaminación marina en su origen.

Este artículo de la serie Reflexiones se publicó originalmente en Le Soir.

Seguimos tratando a los océanos, ríos, arroyos y demás recursos hídricos como vertederos de nuestros desechos.

Creemos que hay sitio de sobra para nuestra basura. Suponemos que podemos seguir aumentando nuestro consumo y deshacernos sin consecuencias de la basura que generamos a un ritmo desenfrenado. Pero no es así. 

La contaminación del agua tiene consecuencias de gran alcance. La contaminación marina supone una amenaza para millones de personas cuyos medios de vida dependen de los océanos. La contaminación del agua dulce afecta a la salud humana y obliga a las personas a buscar nuevas fuentes de alimento no contaminadas. A su vez, las dificultades para encontrar agua limpia, así como los enfrentamientos por este recurso indispensable y cada vez más escaso, pueden suponer una amenaza para la paz.

Debemos hacer prioritaria la lucha contra la contaminación del agua. Esto implica ir más allá de la descontaminación. Debemos detener la contaminación en su origen: en tierra».

La contaminación marina y los plásticos

Los plásticos suponen el 80% de la basura que hay en los océanos. Se calcula que los océanos del planeta contienen más de 150 millones de toneladas de plástico, casi 15 veces el peso de la Torre Eiffel.

La basura que se genera en tierra suele acabar en los lagos, arroyos y ríos que desembocan en los océanos. Alrededor del 80% de la contaminación del medio marino proviene de actividades realizadas en tierra. Por lo tanto, es fundamental que detengamos los vertidos marinos.

La gestión inadecuada de los desechos no solamente concierne al ámbito del desarrollo. Supone una amenaza a nivel mundial a la que solo podemos dar respuesta si protegemos el medio ambiente. 

En muchos países, los sistemas de gestión de residuos siguen sin funcionar de manera adecuada. La basura se descarga sin más en bosques o en tierras que no se utilizan, o se vierte en ríos y lagunas. A veces, la basura acaba en vertederos mal diseñados y sin los recursos necesarios para una gestión adecuada. Allí se descompone y se producen filtraciones en el terreno y en aguas subterráneas. Debido a la acción del viento, la lluvia y las corrientes de los ríos, la basura acaba llegando a los océanos.

Los sistemas integrados de gestión de residuos son el mejor método para evitar que la basura que se genera en tierra llegue a cursos fluviales. Este método puede parecer simple y evidente, pero requiere encontrar los modelos tecnológicos, institucionales y financieros más adecuados según el contexto local.

Para ello, se deben tener en cuenta el tipo y volumen de residuos, los recursos financieros con los que cuentan los servicios ―así como los recursos con los que podrían contar en el futuro― y consideraciones culturales y ambientales. Todas las partes interesadas (personas, comunidades e instituciones) deben participar de manera activa en el proceso, para garantizar que las soluciones cubran las necesidades locales, cuenten con suficiente financiación y sean sostenibles a largo plazo.

Gracias a la constante participación de los residentes de Kattankudy, la población local ahora conoce mejor sus responsabilidades ambientales y goza de un entorno limpio y unos servicios de gestión de residuos mejorados.

Limpieza por el bien de la comunidad

El municipio de Kattankudy (Sri Lanka) tenía que hacer frente a enormes cantidades de basura y a la falta de un recinto para su eliminación. Gracias a la financiación de la Unión Europea, UNOPS implementa un programa para la gestión sostenible de residuos que beneficia a 80.000 residentes.

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Por ejemplo, las zonas costeras, playas y lagunas de Sri Lanka son particularmente vulnerables a la basura que se genera en tierra y se descarga en las costas, así como a la basura que llega a la costa desde el mar. Los desechos de plástico y las redes de pesca abandonadas cubren y asfixian a los corales y manglares. La basura atasca los desagües, lo que contribuye al aumento de las inundaciones en zonas urbanas durante la temporada del monzón. El ganado y otros animales ingieren diferentes tipos de basura, incluidos plásticos que permanecen en el sistema digestivo, lo que los hace morir lentamente de inanición.

UNOPS, en colaboración con la Unión Europea, trabajó con comunidades y autoridades locales y nacionales en Sri Lanka para implantar métodos de eliminación de residuos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.

Asimismo, se llevó a cabo un proceso meticuloso para asignar a las partes interesadas pertinentes la responsabilidad de cada fase de la gestión de residuos (recogida, transporte, separación, reciclado, compostaje, transformación de residuos en energía y eliminación de residuos). Se establecieron rutas de recogida de basura y horarios de mantenimiento, se planificaron las necesidades de personal, se analizó la carga por impacto en las carreteras y se crearon los planes de operación de los vertederos.

UNOPS se asoció con un proveedor de servicios de telefonía móvil para crear un sistema de seguimiento del transporte de recogida de residuos y mejorar así la eficacia del proceso de recogida. En el marco del proyecto, también se realizaron obras extensas en las redes de desagüe y drenaje.

Debemos fomentar y respaldar en todo el mundo iniciativas como las realizadas en Sri Lanka hasta lograr que queden arraigadas en las acciones rutinarias de las instituciones, las comunidades y las personas, a fin de garantizar que las generaciones venideras vivan en un planeta más sano y limpio.


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