The United Nations Office for Project Services (UNOPS)

La importancia de prestar asistencia

A medida que se intensifican los ataques de insurgentes, Afganistán lucha contra un legado de conflicto que incluye la amenaza constante de minas y restos explosivos de guerra, mientras sigue siendo uno de los países más peligrosos para vivir.

Mohammad Khan está en cuclillas junto a una furgoneta examinando el neumático trasero. Conecta una pequeña manguera a la llanta y, cuando acciona un interruptor, el compresor de aire empieza a resonar y el neumático se infla. Un hombre vestido con la ropa tradicional afgana paga y se aleja satisfecho con su vehículo: otro cliente contento para el Sr. Khan, el propietario de un pequeño taller de reparación de neumáticos y cambio de aceite.

La vida de Mohammad Khan ahora es muy distinta a como era en abril de 2016, cuando un grupo de combatientes talibanes hizo explotar un camión con explosivos en unas instalaciones del Gobierno en la capital, Kabul, lo que provocó la muerte de unas 60 personas y dejó más de 300 heridos. En el caso del Sr. Khan, que era conductor de autobús, la explosión destruyó su vehículo y, por tanto, su medio de vida.

Lejos de Kabul, en la provincia de Balkh, un joven llamado Ahmad salió de su casa en noviembre de 2016 para realizar sus tareas cotidianas, como ir a buscar matorrales y ramas por los terrenos que rodean la casa de su familia. Ahmad estaba a punto de terminar cuando advirtió un objeto de metal polvoriento en el suelo cerca de un gran arbusto. Cuando se agachó para examinarlo, lo tocó y explotó. Perdió casi todos los dedos de la mano.

En Afganistán, las minas terrestres y los restos explosivos de guerra siguen matando, hiriendo y destruyendo vidas y el sustento de muchas familias.

Los niños constituyen el grupo más vulnerable a los accidentes, pues a menudo confunden estos objetos peligrosos con juguetes.

Un riesgo para la población afgana

Desde que comenzara la retirada paulatina de las tropas internacionales en 2011 y finalizase oficialmente la misión de combate de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en diciembre de 2014, han aumentado los ataques de insurgentes en todo el país, y las minas y los restos explosivos de guerra continúan siendo una amenaza para la población civil.

En 2016 se registraron más de 11.000 víctimas civiles a causa del conflicto, lo que representa un aumento del 3% con respecto al año anterior. Asimismo, el número de víctimas civiles a consecuencia de los restos explosivos de guerra ha aumentado en un 66% en comparación con 2015.

El 84% de las víctimas civiles en 2016 a causa de restos explosivos fueron niños, lo que los convierte en la segunda causa de muerte y lesiones entre la población infantil afgana1.

Un niño herido por un artefacto explosivo improvisado a pie de carretera recibe rehabilitación física por parte de un fisioterapeuta en Helmand (Afganistán). © UNMAS​

Como secuela de los incidentes provocados por el conflicto, las familias a menudo necesitan ayuda para poder recuperarse mental, física y económicamente.

Para garantizar que los civiles reciban la ayuda necesaria, el Programa de asistencia a civiles afganos (ACAP III), apoyado por el Servicio de las Naciones Unidas de Actividades relativas a las Minas (UNMAS) y financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), presta asistencia a corto y largo plazo a las víctimas que reúnen ciertas condiciones.

El programa ACAP III distribuye en el menor tiempo posible paquetes de ayuda con alimentos y artículos no alimentarios a las víctimas. También envía a equipos de personas a evaluar a las víctimas que necesiten rehabilitación física, terapia psicosocial o medidas para la reintegración económica en el caso de aquellas familias que hayan perdido su fuente principal de ingresos.

La importancia de prestar asistencia

Días después del ataque a las instalaciones del Gobierno en Kabul, el personal de ACAP III contactó con el Sr. Khan, quien empezó a recibir asistencia rápidamente.

Gracias a las medidas de reintegración económica que lleva a cabo el programa, pudo analizar con el personal de ACAP III el modo de establecer una nueva fuente de ingresos.

El sueño del Sr. Khan era desde hacía mucho tiempo trabajar como mecánico. Al contar con competencias de reparación básicas, recibió ayuda para montar un taller de reparación de neumáticos y cambio de aceite. © UNMAS​

De forma similar, Ahmad, que perdió varios dedos de una mano, escuchó hablar del programa ACAP III a un anciano de la aldea. Poco después recibió uno de los paquetes de ayuda inmediata, así como terapia psicosocial y rehabilitación física.

Desde que el proyecto se iniciara en 2015, ACAP III ha proporcionado paquetes de ayuda inmediata a más de 75.000 víctimas y familias en todo Afganistán. 

Una víctima del conflicto en Herat (Afganistán) lleva un paquete de ayuda inmediat​a que ha recibido de ​ACAP III.© UNMAS​

Recibí la visita de un terapeuta psicosocial y le expliqué mis problemas. Estuvo en mi casa y conversamos durante horas. Me dio esperanzas de una nueva vida»

- explica Ahmad.

En busca de un futuro mejor

Para las víctimas del conflicto, como es el caso del Sr. Khan y Ahmad, la ayuda que han recibido por parte de ACAP III les ha cambiado la vida.

«No quería ser una carga para otras personas y depender de su caridad. Gracias al apoyo para la reintegración económica, ahora soy el propietario de mi propio taller y tengo los suficientes ingresos para mantener a mi familia», cuenta el Sr. Khan.

Cuando Ahmad perdió los dedos, pensó que nunca más podría volver a ayudar a su familia o contribuir a la sociedad. Esta situación cambió gracias a las sesiones intensivas de asesoramiento que recibió, y ahora trabaja con sus hermanos para mantenerse económicamente.

«El apoyo que recibí fue muy valioso y ahora me veo a mí mismo como una persona útil. Agradezco al proyecto de ACAP III todo el apoyo mental y material que me han proporcionado […]. El servicio de terapia psicosocial me ha dado esperanzas para vivir y ser feliz», continúa Ahmad.

Información sobre el proyecto

El Programa de asistencia a civiles afganos (ACAP III) tiene como objetivo mitigar las consecuencias a corto y largo plazo del conflicto para la población civil, entre las que se incluyen las víctimas de minas y otros restos explosivos de guerra. Este proyecto también apoya el desarrollo de la capacidad institucional para que el Gobierno pueda intensificar su respuesta a las necesidades de las víctimas civiles del conflicto.

El proyecto de ACAP III recibe financiación de USAID y está implementado por UNMAS. Opera en todo Afganistán y está previsto que continúe hasta 2018. Los beneficiaros del proyecto deben cumplir determinados criterios de selección establecidos.

  • 1 Equipo de derechos humanos de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán. ​Afghanistan: Protection of Civilians in Armed Conflict, Annual Report2016​, febrero de 2017 ​(en inglés)​

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