En este Día Mundial del Medio Ambiente, desde UNOPS reiteramos nuestro compromiso y la necesidad de emprender una acción acelerada para luchar contra la emergencia climática. Esta es la cuestión definitoria de nuestro tiempo. Determinará nuestro futuro común.

No subestimemos la magnitud de este desafío. En los últimos doce meses hemos asistido a niveles récord de calentamiento de los océanos, aumento del nivel del mar, concentraciones de gases de efecto invernadero, retroceso de los glaciares y devastadores incendios forestales. Las lluvias intensas, las inundaciones y la intensificación de los ciclones tropicales han dejado un rastro de destrucción, muerte y enormes pérdidas económicas. Nuestro planeta está al límite.

Este Día Mundial del Medio Ambiente nos centramos en la importancia de la restauración de la tierra, la desertificación y la resiliencia ante la sequía. Hasta el 40% de la tierra del planeta se considera ya degradada. Las sequías extremas han aumentado un 233% en los últimos 50 años en determinadas regiones. Además, el 85% de las personas afectadas por las sequías viven en países de ingresos bajos o medianos y unos 50 millones de personas pueden verse desplazadas debido a la desertificación en los próximos diez años, lo que aumenta las posibilidades de tensiones, crisis y conflictos derivados de los efectos del cambio climático.

Sencillamente, nuestra vida ―y la de las generaciones futuras― depende de la tierra. De ella dependen los ecosistemas, las economías y la salud pública. Es la base del desarrollo sostenible.

La triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación están degradando las tierras sanas y los ecosistemas de agua dulce. Están poniendo en peligro vidas y medios de subsistencia, y afectando con mayor dureza a las personas más vulnerables.

Sin embargo, no debemos dar por perdido el clima. Con una acción concertada, rápida y exhaustiva aún podemos evitar las consecuencias más devastadoras del aumento extremo de las temperaturas.

UNOPS está decidida a trabajar junto con Gobiernos, asociados y comunidades de todo el mundo para ofrecer soluciones prácticas que aumenten la resiliencia, restauren la tierra y combatan la desertificación.

La infraestructura ―una vertiente clave de nuestro trabajo― desempeña un rol fundamental en la promoción de prácticas sostenibles de gestión de la tierra y los bosques. Desde la protección frente al riesgo de inundaciones hasta la infraestructura de transporte sostenible. Desde la gestión de residuos y aguas residuales hasta el acceso a energías limpias y el uso de tecnología digital, la infraestructura es fundamental en la lucha contra la desertificación, la degradación del suelo y la pérdida de biodiversidad. En particular, la infraestructura basada en la naturaleza desempeña un rol clave en el avance de la acción por el clima, la mejora de la biodiversidad y la mitigación de los efectos del cambio climático.

Del mismo modo, las adquisiciones sostenibles tienen el potencial de proteger los recursos naturales, impulsar el cambio hacia soluciones con bajas emisiones de carbono y mejorar la resiliencia socioeconómica al cambio climático mediante el impulso de las economías locales.

En todo el mundo, UNOPS se compromete a apoyar los esfuerzos de mitigación y adaptación, al mismo tiempo que ayuda a los países a proteger la naturaleza y a aumentar la resiliencia.

Mientras continúan los esfuerzos para ampliar la financiación para el desarrollo y el clima, nos comprometemos a apoyar a los países en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal.

En este importante día, centrémonos en un futuro más sostenible para las personas y el planeta.

Como ha afirmado el Secretario General de las Naciones Unidas, aún estamos a tiempo de lanzar un salvavidas a las personas y al planeta, pero los y las líderes deben dar un paso al frente y actuar ya.