The United Nations Office for Project Services (UNOPS)

La rehabilitación del cinturón de goma arábiga en Darfur Oriental

Este artículo se publicó hace más de dos años, por lo que algunos de los datos que contiene podrían estar desactualizados.

Durante muchos años, decayó la producción de una de las mercancías de exportación más importantes de Sudán: la goma arábiga. Sin embargo, una nueva generación de agricultores ha retomado la producción.

El cinturón de goma arábiga de Sudán se extiende desde la frontera occidental con Chad hasta la frontera oriental con Etiopía y cubre una superficie de aproximadamente 500.000 km2. El país es el mayor exportador de goma arábiga del mundo: su producción supone más del 60% de la oferta mundial. Un cuarto de la producción sudanesa proviene de Darfur, donde muchos medios de vida dependen de este importante cultivo comercial.

La goma natural se extrae del árbol Acacia senegal, conocido en Sudán como hashab. «Consideramos al hashab un árbol amigo. Es la esencia de la vida comunitaria, puesto que todos los componentes de la comunidad están presentes en ese árbol», afirma Esam Essa Abdelrhman, un agricultor de goma arábiga residente en la comunidad de Om-Oshosh, establecida en la zona de Aljalabi (Ed Daein, Darfur Oriental).

Esam y su comunidad dan muchos usos al árbol. No solo proporciona una sombra bajo la que refugiarse del sol abrasador, sino que la goma que produce puede ser una buena fuente de ingresos para quienes la cultivan. Además, se utiliza a nivel comunitario como medicamento para tratar problemas renales y estomacales, a menudo provocados por el consumo de agua contaminada. Cuando un árbol envejece, se tala y se utiliza su madera como leña y como material para construir casas. Los árboles también ayudan a mantener el suelo fértil y prevenir la erosión al hacer las veces de barrera contra la arena que trae el viento desde el desierto del Sáhara.

Sin embargo, con el paso de los años, la producción de goma arábiga perdió popularidad entre los agricultores de Darfur Oriental.

«Las sequías que se produjeron en las décadas de los años ochenta y los años noventa deterioraron el cinturón de goma arábiga. Dejó de ser rentable para muchos agricultores, que la sustituyeron por otros medios de vida», explica Abdurahim Arho, que lleva trabajando con ZOA (una organización de socorro y recuperación) en Darfur Oriental desde 2008.

Cosechar goma es un trabajo con condiciones muy exigentes. Las temperaturas se pueden elevar hasta los 45 °C y los trabajadores necesitan disponer de agua potable con facilidad para hidratarse, pero esta a menudo escasea. En el pasado, la inestabilidad del precio de mercado de la goma arábiga provocó que quienes la cultivaban no siempre obtuvieran beneficios por sus esfuerzos, lo que hizo que muchas personas dejaran de considerar la goma arábiga como una fuente de ingresos viable. Algunas decidieron talar los árboles y producir carbón vegetal y leña para ganarse la vida. No obstante, las perspectivas para la producción de goma arábiga han mejorado tras la liberalización del mercado en 2009.

Un futuro prometedor

En el marco de los esfuerzos en curso para rehabilitar los bosques de hashab y alentar a los agricultores a que vuelvan a producir goma arábiga, Abdurahim ha participado en un proyecto para capacitar a agricultores en el cultivo y la conservación de los árboles. Esto está ayudando a recuperar la confianza en la rentabilidad de este cultivo.

La capacitación ha ayudado a sensibilizar sobre las consecuencias ambientales de la tala excesiva y los peligros de prácticas como cortar ramas de gran tamaño para utilizarlas como combustible, lo que puede exponer a los árboles a plagas como las langostas y las termitas, con la consiguiente reducción de la producción de goma. Los agricultores también aprendieron a llevar un control de los cambios en el clima que pueden alterar el momento en el que se debe comenzar a preparar los árboles para la cosecha.

¿Sabía que…?

La goma arábiga se utiliza en gran variedad de productos en todo el mundo: fármacos, cosméticos, alimentos y bebidas, materiales artísticos y enseres domésticos como el betún, entre otros. Sus propiedades adhesivas y espesantes no tóxicas la convierten en una materia prima muy demandada. Se utiliza incluso para producir la sustancia adhesiva de los sellos postales y los sobres que se debe lamer.

La capacitación nos permitió ampliar los conocimientos que ya teníamos, sobre todo respecto al proceso de extracción y el momento de cosechar».

Esam Essa Abdelrhman - Productor de goma arábiga de Darfur Oriental

Saber cuándo empezar la preparación resulta complicado, ya que el clima puede variar y obligar a retrasar la cosecha para garantizar que la producción tenga suficiente valor. Normalmente, el proceso de extracción se lleva a cabo al comienzo de la estación seca. Se realizan cortes en las ramas de los árboles, en los que la goma se empieza a acumular al cabo de unos 30 días. Después, se extrae en diversas etapas durante los siguientes meses.

En Om-Oshosh, los agricultores suelen comenzar el proceso de extracción a finales de octubre. Sin embargo, las bajas temperaturas y la temporada de lluvias más fuerte de lo normal en 2019 provocaron que los árboles no estuvieran listos para la cosecha. «Si hubiéramos empezado la extracción en aquel momento, la temporada no habría sido productiva», explica Esam.

Una nueva generación

Se capacitó a cerca de 300 agricultores como Esam en materia de producción de goma arábiga y conservación forestal en el marco de un proyecto más amplio para mejorar la gestión de los recursos naturales en el estado de Darfur Oriental. Mediante esa iniciativa se creó un sistema de préstamos de comercialización destinado a ofrecer soluciones financieras temporales a los productores de goma arábiga, con el fin de que pudieran esperar a que los precios de mercado fueran más favorables antes de vender su producto. Las nuevas instalaciones de almacenamiento que se construyeron en tres localidades permiten que los agricultores puedan almacenar la goma arábiga con seguridad tras cosecharla.

Con el fin de mejorar la disponibilidad de agua potable y limpia para quienes trabajan durante la temporada de cosecha, los agricultores recibieron 60 carros tirados por burros con depósitos de agua, que facilitan el transporte de este recurso esencial a lugares alejados de los puntos de abastecimiento de agua.

Se plantaron 65.000 plántulas y se sembraron más de 200 kilogramos de semillas para promover una cobertura más verde y ayudar a restaurar los bosques de hashab de la zona.

Un entorno favorable para la paz

En Darfur Oriental, la gestión compartida de los recursos naturales está ayudando a mitigar los conflictos, promover los derechos de las mujeres y mejorar los medios de vida.

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El agua es la fuente de la vida

Disponer de un mejor acceso al agua está ayudando a brindar nuevas posibilidades a las personas que viven en algunas de las comunidades más remotas del mundo.

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Información sobre el proyecto

Al promover una gestión de los recursos más eficaz, el proyecto para la gestión de los recursos naturales (Natural Resource Management Project) tenía el objetivo de mejorar los medios de vida y mitigar la pobreza en las comunidades afectadas por conflictos en Darfur Oriental. El proyecto trató de atenuar las posibilidades de que se actuara con violencia y mejorar las condiciones de vida de la población al actuar en tres esferas esenciales: el acceso al agua, la política ambiental y los medios de vida.

Con la financiación de la Unión Europea, el proyecto se implementó en dos fases en asociación con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y con ZOA (una organización internacional de socorro y recuperación), junto con asociados locales, las comunidades participantes, instituciones consuetudinarias y el Gobierno.       

UNOPS fue el principal organismo ejecutor del proyecto y también construyó nueve centros de abastecimiento de agua. El PNUMA ayudó a formular políticas para dirigir el uso de los recursos naturales. ZOA, junto con los asociados locales, trabajó en el desarrollo de la capacidad para mejorar los medios de vida y promover el uso de técnicas más sostenibles al utilizar recursos naturales.

Más de 9.000 hogares en nueve localidades del estado de Darfur Oriental se han visto beneficiados por el proyecto, que además ayudó a desarrollar nueva legislación en materia de gestión de los recursos naturales. La Ley del Consejo para la Coordinación y Gestión de Políticas de Recursos Naturales en el Estado de Darfur Oriental (2018) es la primera de esa índole en Sudán y proporciona un marco para la gestión compartida de recursos entre el Gobierno estatal y las comunidades locales.


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