The United Nations Office for Project Services (UNOPS)

La infraestructura penitenciaria y los derechos humanos

A fin de garantizar un entorno seguro y digno para los reclusos y el personal de los centros penitenciarios, las instalaciones deben diseñarse con la infraestructura necesaria para cumplir con las obligaciones en materia de derechos humanos.

La infraestructura de los centros penitenciarios puede fomentar o dificultar que los reclusos reciban un trato digno, aunque demasiado a menudo constituye una traba. Con frecuencia, esta infraestructura penitenciaria no está adaptada a los riesgos reales que representan los reclusos. La imposición de medidas de seguridad desproporcionadas provoca un aumento de los costos y un descenso de la calidad de vida de los reclusos.


Además, en los centros penitenciaros muchas veces se mezcla a los reclusos de categorías diferentes en la misma instalación, por lo que es difícil garantizar la seguridad y la separación necesarias entre varios grupos de reclusos. Durante la planificación de estos establecimientos, el diseño de instalaciones que proporcionen una separación total entre hombres y mujeres, por ejemplo, es una consideración fundamental.

La localización de los centros penitenciarios también puede comprometer la salud y la rehabilitación de los reclusos. Cuando las instalaciones se encuentran en lugares remotos o inapropiados, los reclusos están a menudo separados de sus familias y de los recursos comunitarios que podrían ayudarles en su rehabilitación. Como consecuencia, el sentimiento de aislamiento físico y emocional aumenta entre los reclusos y con ello el riesgo de reincidencia.

Muchas otras cuestiones impiden que los reclusos sean tratados de conformidad con los derechos humanos, entre las que se incluyen construir instalaciones sin considerar quién vivirá en ellas, desatender a los reclusos vulnerables y a aquellos con necesidades especiales o privar al personal de estos establecimientos de la flexibilidad de gestionar a la población penitenciaria debido al uso de celdas de un único tamaño. Al nivel más fundamental, la falta de agua potable y de instalaciones sanitarias en las celdas puede resultar en la violación de los derechos humanos básicos.

Para evitar estos y otros errores, es esencial que se apliquen ciertos principios básicos en el desarrollo inicial del diseño y la planificación.

Los requisitos físicos van más allá del tamaño de las celdas

Un centro penitenciario no es funcional ni fomenta un trato humano si apenas cuenta con el espacio suficiente y los servicios básicos. Aunque el tamaño de las celdas puede ajustarse a los estándares internacionales, también debe permitirse a los reclusos pasar la mayor parte de su día al aire libre o en salas comunes.

Si el funcionamiento del centro no condiciona el diseño, será el diseño el que condicione el funcionamiento del centro».

Los centros penitenciarios deberían contar con infraestructura física que promueva un entorno seguro para así apoyar la rehabilitación de los reclusos. Con el mismo objetivo, estos deberían tener acceso a un trabajo, a educación, a recibir visitas de sus familiares y a participar en otras actividades y programas.

Las personas encargadas del diseño deberían también tener en cuenta la gestión y el funcionamiento del centro penitenciario lo antes posible en el proceso de planificación. Si el funcionamiento del centro no condiciona el diseño, será el diseño el que condicione el funcionamiento del centro. Si no se presta la atención suficiente a los procesos de seguridad requeridos para gestionar este tipo de establecimientos, el personal penitenciario buscará mantener el orden dentro de las limitaciones de la infraestructura existente, lo que puede resultar en violaciones de los derechos humanos.

Unas buenas medidas de seguridad proporcionan mayor libertad

El diseño debería permitir una gestión segura y efectiva de los movimientos de los reclusos. Un centro penitenciario controlado y seguro puede proporcionar mayor libertad a los reclusos.

Por ejemplo, los reclusos pueden acceder libremente a un espacio abierto dentro del patio seguro con el que cuente su pabellón de celdas. Si existen dudas sobre la capacidad de garantizar la seguridad en esta área, el personal penitenciario puede impedir que los reclusos salgan de sus celdas.

Si el personal penitenciario no puede gestionar fácilmente los movimientos de los reclusos entre diferentes lugares del centro, puede que los controle mediante su confinación en los espacios. La creación de un entorno físico donde el control de los movimientos sea efectivo permite a los reclusos dedicar más tiempo a actividades de rehabilitación durante el día que tengan lugar fuera de sus celdas.

Las instalaciones planificadas deberían adecuarse a su propósito

​Inmates at Nimba County Prison, Liberia.
Reclusos en la prisión de Nimba (Liberia)

A la hora de planificar la infraestructura penitenciaria es fundamental considerar la separación física, visual y auditiva entre las diferentes categorías de reclusos (hombres y mujeres, reclusos en espera de juicio o condenados, población penitenciaria general y reclusos vulnerables).

Si todo esto no se toma en consideración, la seguridad de los reclusos vulnerables se pone en riesgo y se dificulta la gestión del centro penitenciario para el personal. Otro imperativo es asegurar que cada categoría de reclusos tenga el mismo acceso a todos los recursos y servicios disponibles.


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