The United Nations Office for Project Services (UNOPS)

Carreteras hacia un futuro mejor

El acceso limitado a varios barrios desfavorecidos de la capital de Guinea suponía numerosos problemas, tales como la delincuencia incontrolable, el fallecimiento de madres y recién nacidos y la falta de ayuda para los enfermos.

«[Dar Es Salam] tenía la peor reputación en toda Conakry. El barrio era conocido por ser un lugar lleno de delincuentes y por su falta de seguridad debido a que el acceso era imposible», comenta Amadou Bah, ingeniero civil.

Los baches y los escombros bloqueaban el camino de los agentes de policía que intentaban acceder a Dar Es Salam, un barrio del municipio de Ratoma, en Conakry.

«Ni siquiera la policía venía aquí. No había carreteras y ni las motocicletas podían acceder», explica Amadou

Las personas enfermas y las mujeres embarazadas se veían obligadas a esperar a que llegasen las ambulancias, que luchaban por abrirse camino a través de carreteras intransitables, cuando en el mejor de los casos había carreteras.

«Antes era una odisea conseguir que un vehículo viniera a buscar a una mujer a punto de dar a luz para llevarla al hospital», señala Hadja Aminata Dubreka Camara, Presidenta de la Asociación de Mujeres de Dar Es Salam.

«El hospital más cercano se encuentra a cinco kilómetros, pero resultaba muy complicado acercar un vehículo hasta aquí», añade.

«En aquellos barrios en los que la accesibilidad suponía un verdadero desafío, la comunidad se enfrentaba a tasas de mortalidad maternoinfantil muy elevadas», declara Firmin Kiala KI N'Soki, Gestor de proyectos de UNOPS. «Un hombre que había perdido a su esposa y a su hijo nos contó que si las carreteras se hubiesen construido antes, ambos seguirían vivos», continúa

Fotografía

  • Una de las carreteras en el barrio de Dar Es Salam antes y después de las obras de construcción. ​​© UNOPS/Momo Sakho​

Creación de empleo dentro de la comunidad

Los taxis generalmente evitaban la zona, mientras que aquellos que ofrecían el servicio cobraban una tarifa especial simplemente por tener que llegar hasta Dar Es Salam. Por un viaje de 20 kilómetros, los residentes podían acabar pagando lo mismo que si tuvieran que recorrer una distancia cinco veces mayor.

¿El motivo? La dificultad para entrar y salir de estos barrios debido al deficiente estado de las carreteras. Además, estos mismos barrios sufrieron un deterioro en las condiciones higiénicas como consecuencia de una infraestructura de saneamiento inadecuada, así como una tasa alta de desempleo, sobre todo entre la población juvenil.

Gracias al apoyo de la Unión Europea y el Banco Mundial, UNOPS ejecutó un proyecto que requirió una gran densidad de mano de obra para abordar estas cuestiones. El objetivo era tratar los problemas de acceso y saneamiento que afectaban a varios barrios, al mismo tiempo que se reduciría el desempleo al ofrecer a los residentes locales capacitación oficial en el sector de la construcción.

UNOPS trabajó con organizaciones no gubernamentales en cada barrio para dar empleo a miembros de la comunidad local; no se contrató a ningún trabajador que no procediese de la región. Mediante trabajos temporales, entre los que se incluían la excavación de zanjas, la pavimentación de calles o la construcción de sistemas de drenaje, cada trabajador tuvo la oportunidad de aprender nuevas competencias al mismo tiempo que ganaba un salario diario.

Amadou no solo creció en Dar Es Salam, sino que también fue uno de los muchos residentes locales que ayudaron a construir la comunidad. Hizo buen uso de su título universitario en ingeniería civil al trabajar varios meses con el equipo de ingenieros de UNOPS y una empresa local de infraestructuras para mejorar su hogar. «Me enseñaron toda la parte práctica de la ingeniería civil. En la universidad solo se aprende la teoría», afirma.

​Amadou estaba entusiasmado por contribuir en el proyecto.

«En cuanto vi que los ingenieros de UNOPS habían llegado para preparar y analizar el terreno, inmediatamente me acerqué a ellos para presentarme y preguntar si podía ayudar en algo».

Nuevas habilidades, nuevas oportunidades

Para garantizar la sostenibilidad a largo plazo, se utilizaron materiales de construcción más resilientes para soportar las lluvias torrenciales y las inundaciones ocasionales que sufre Conakry. Esto también significa que la infraestructura requerirá un menor mantenimiento en el futuro.

El 60% de los trabajadores que participaron en el proyecto adquirieron habilidades técnicas relacionadas con obras públicas. Desde la metalistería hasta la albañilería o la pavimentación, todas estas competencias se podrán utilizar en el futuro para mantener la infraestructura que la comunidad construyó con tanto esmero. Además, el aprendizaje de estas habilidades es la base para futuras oportunidades laborales.

«Al asistir diariamente, consiguieron aprender cuestiones relacionadas con la albañilería y la pavimentación. Ahora serán capaces de conseguir trabajos de construcción cualificados y no limitarse a trabajar como peones», afirma el arquitecto e ingeniero de campo Cherif Diallo.

Algunas de las personas que trabajaron en este proyecto ya han recibido la oportunidad de poner en práctica sus nuevos conocimientos. Tras la finalización del proyecto, algunas empresas de construcción locales contrataron a varias personas. «Nuestra empresa ha querido mantener a algunos de los trabajadores cualificados», añade Diallo.

Lucha contra el Ébola

Durante la implementación de este proyecto, un brote de Ébola sacudió Guinea y afectó directamente a varios de los barrios beneficiarios. ¿Cómo se ejecuta un proyecto que requiere una gran densidad de mano de obra cuando se debe evitar la exposición a grupos grandes de personas para prevenir la propagación del virus del Ébola? Es imprescindible adoptar todas las precauciones higiénicas necesarias.

Información sobre el proyecto

Este proyecto comenzó en 2014 en colaboración con el Departamento de Carreteras Secundarias del Ministerio de Urbanismo y Planificación Urbana de Guinea, gracias a la financiación de la Unión Europea.  

El proyecto mejoró las condiciones de vida en nueve barrios desfavorecidos situados en cinco municipios de Conakry: Kaloum, Dixinn, Matam, Matoto y Ratoma. La construcción y rehabilitación de aproximadamente siete kilómetros de carreteras urbanas facilitó el acceso a dichos barrios. También se construyó infraestructura de saneamiento, que incluía 50 letrinas, para mejorar las condiciones sanitarias.  

Los métodos de gran densidad de mano de obra que se utilizaron para realizar este proyecto también fomentaron el crecimiento económico al crear puestos de trabajo en los barrios más marginados de Conakry. Además de generar más de 100.000 días-persona de trabajo, cinco ingenieros locales recibieron capacitación en gestión de trabajos que requieren gran densidad de mano de obra como parte del proyecto. Asimismo, se establecieron diez comités locales de seguimiento para ayudar a mantener la infraestructura.  


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