The United Nations Office for Project Services (UNOPS)

Dirigir un organismo de las Naciones Unidas como una empresa

Extraído de Harvard Business Review

Por la Sra. Grete Faremo, Directora Ejecutiva de UNOPS

Artículo publicado en la edición de mayo-junio de 2019

Una noche de junio de 2018, en plena madrugada, me encontraba en mi domicilio en Noruega cuando recibí una llamada que me despertó. Se trataba de un alto funcionario de la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York. El Embajador de México ante las Naciones Unidas había presentado una queja formal contra la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), la organización que dirijo, en la que afirmaba que UNOPS se había posicionado oficialmente con el candidato de la oposición en las elecciones presidenciales mexicanas que tendrían lugar próximamente. La queja carecía de fundamento: cuando el candidato preguntó si, de resultar elegido, lo asistiríamos en una campaña contra la corrupción, respondimos de manera afirmativa. Aun así, se produjo un revuelo mediático en México a raíz de la situación. Teníamos dos opciones: disculparnos abiertamente o alegar que habíamos actuado de manera adecuada. Nos encontrábamos en una encrucijada, ya que estaba en juego la reputación de UNOPS, sobre todo si el candidato de la oposición perdía las elecciones. Decidimos mantenernos firmes. El Secretario General de las Naciones Unidas emitió un comunicado en el que reiteraba la imparcialidad de la Organización. Un mes más tarde, el candidato de la oposición, Andrés Manuel López Obrador, resultó elegido presidente, y poco después de su investidura solicitó la ayuda de UNOPS para vender el avión presidencial de México, como ejemplo de frugalidad del nuevo Gobierno. 

Dirijo UNOPS desde 2014, y es un trabajo que me exige hacer malabarismos políticos a diario. Pese a ello, trato de evitar que la política me distraiga de mi objetivo principal: contribuir a que UNOPS siga siendo un organismo de las Naciones Unidas autofinanciado, sostenible y con espíritu emprendedor. Para ello, nos mantenemos fieles a la misión constitutiva de UNOPS aun cuando diversificamos nuestras operaciones, con el fin de servir a una amplia gama de clientes, y asumimos proyectos que en general no se espera que una ONG como la nuestra asuma. No hace mucho, la organización se encontraba al borde de la bancarrota; hoy, crece de manera inteligente. Lo que hemos logrado puede servir de ejemplo, ya que los cambios de rumbo en la dirección correcta se dan con frecuencia en el sector privado, pero no suele ser el caso de las organizaciones sin ánimo de lucro. UNOPS ha conseguido cambiar de manera radical y ha inculcado una cultura de disciplina en la que se sopesan los riesgos cuidadosamente antes de asumirlos.

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