The United Nations Office for Project Services (UNOPS)

La dura lección de las inundaciones en Pakistán

El año pasado, unas inundaciones catastróficas devastaron Pakistán. El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, describió el fenómeno como un “monzón con esteroides”.

Los efectos de las inundaciones fueron generalizados, y las comunidades de las zonas rurales se vieron particularmente afectadas. Las Naciones Unidas calculan que este fenómeno meteorológico, que se produce una sola vez por generación, se cobró más de 1.700 vidas y afectó a 33 millones de personas.

En su punto culminante, las inundaciones sumergieron un tercio del país bajo el agua y dejaron aisladas regiones enteras.

Mir Muhammad Jamali describe el día en que vio desaparecer su hogar y su aldea.

«En mi familia, entre mis hijas y sus hijos, somos unas 20 personas. La inundación se produjo en julio, durante la noche, hacia las 20.00. En aquel momento, era época de lluvias en Pakistán. Pensamos que el agua se iría pronto. Pero la intensidad de las lluvias aumentó hacia las 06.00.

Se abrió camino hasta nuestros hogares. Solo pudimos sacar algunos muebles. Nuestras cabras murieron al instante. El agua se llevó parte de nuestro dinero, solo pudimos salvar una pequeña cantidad. Cuando el agua alcanzó 1,5 metros de altura, ya no regresamos. Teníamos lo que conseguimos llevarnos, y lo que perdimos, lo perdimos», explica.

Los efectos inmediatos de las inundaciones fueron devastadores, pero las crisis siguen desplegándose en cascada y se estima que se prolonguen durante muchos meses.

El aumento de la pobreza, la inseguridad alimentaria a largo plazo, la propagación de enfermedades como la malaria y la fiebre tifoidea, la interrupción de la enseñanza para millones de niños y niñas...

Después de que su casa acabara bajo el agua, Hoor Jahan ha pasado meses viviendo en una tienda de campaña, lejos de su hogar y de cualquier sensación de normalidad.

«Mis hijos se pusieron enfermos tras las inundaciones. Uno de ellos estuvo tan grave en el segundo mes que estuvo a punto de morir. Tenía malaria y mucha fiebre. Mi marido está en el pueblo ahora mismo. Se dedica a pescar y a vender lo que captura en la ciudad. Gana muy poco dinero, no es suficiente, y así resulta muy difícil vivir. Miren en qué situación estamos, ni siquiera podemos sobrevivir», cuenta.

Cerca de allí, Imran, de 13 años, sueña con ser médico y trabajar para su comunidad. Sin embargo, junto con su hermana y sus amigos, no ha podido ir a la escuela desde que tuvieron lugar las inundaciones sin precedentes, y todavía no hay planes inmediatos para que regrese.

«Llegaron las inundaciones hasta aquí y por eso se cerró la escuela, después no nos resultó fácil estudiar. [...] Era la primera vez que veía inundaciones, fue aterrador. Creí que todo el mundo se ahogaría».


Imran


Las aguas del monzón arrasaron

+ 2,2 millones de viviendas

+ 13.000 kilómetros de carreteras

+ 2.000 centros de salud

+ 440 puentes

+ 27.000 escuelas

Aunque era la primera vez que Imran vivía una inundación, Mir Muhammad Jamali, Hoor Jahan y más pakistaníes de más edad ya sabían cómo son estas inundaciones, que se producen cada diez años aproximadamente. No obstante, los fenómenos de 2022 llamaron la atención de especialistas en cambio climático de todo el mundo, que afirman que es muy probable que los cambios climáticos causados por el ser humano hayan intensificado el monzón que inundó una gran parte de Pakistán.

«Se producen pérdidas y daños. La devastación del cambio climático es real: desde inundaciones y sequías hasta ciclones y lluvias torrenciales. Y, como siempre, los países menos responsables son los más afectados», declaró António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, en la Conferencia Internacional sobre la Resiliencia Climática de Pakistán.

Según el Departamento Meteorológico de Pakistán, en agosto de 2022 las precipitaciones registradas en el país fueron un 243% superiores a la media. En la provincia de Sind, donde viven Mir Muhammad Jamali, Hoor Jahan e Imran, las lluvias superaron la media en más de un 726%.

Una serie de especialistas advierte de que las inundaciones de 2022 en Pakistán deberían servir como un duro recordatorio de los devastadores efectos del cambio climático. Estos fenómenos ponen de manifiesto la necesidad de aumentar la inversión en la reducción del riesgo de desastres y la preparación, la mejora de la planificación del uso del suelo y la adopción de prácticas de desarrollo sostenible que prioricen el medio ambiente y el bienestar de las comunidades.

«Vivimos en constante preocupación. Ustedes también pueden ayudarnos [...] No tenemos absolutamente nada», afirma Mir Muhammad Jamali.

Gracias a más de 7 millones USD de financiación del Banco Mundial, UNOPS brinda apoyo al Gobierno mediante la adquisición de 3 millones de mosquiteras y 1 millón de tiendas de campaña. Hasta la fecha, se han entregado 27.000 tiendas de campaña y 2,2 millones de mosquiteras a la Autoridad Provincial para la Gestión de los Desastres de Sind. Además, UNOPS respaldó la evaluación de necesidades posdesastre junto con el Banco Mundial y el Gobierno de Pakistán, y trabaja con el sector de la construcción a fin de revisar las directrices en materia de construcción ecológica para diseñar y construir infraestructura que se adapte al clima.

Objetivo Mundial respaldado a través de esta iniciativa:


Descubrir más