Nuestra operación de combustible en Gaza se está quedando sin existencias y sin tiempo.

Nuestros equipos han trabajado desde ayer por la mañana y durante toda la noche para recuperar los últimos 150.000 litros de diésel restantes de nuestros tanques de almacenamiento en Gaza.

Esta cantidad no es suficiente para responder a las necesidades de combustible de las operaciones humanitarias en un solo día.

El combustible es un salvavidas en Gaza, ya que gracias a este se pueden poner en marcha los generadores de los hospitales, las ambulancias, las panaderías y las bombas de agua.

Dado que no ha entrado combustible en Gaza en más de 17 semanas, estas operaciones críticas han quedado interrumpidas.

La grave escasez ya nos obliga a tomar decisiones imposibles sobre qué priorizar.

Ayer priorizamos el combustible para la planta de desalinización en lugar de para poner en funcionamiento las bombas de aguas residuales. Esto significa que las aguas residuales inundarán las calles de nuevo en algunas zonas, además del resto de dificultades.

Cuando visité Gaza en febrero de 2025, tres bebés prematuros habían fallecido dado que el hospital ya no podía suministrar más electricidad a las incubadoras.Cuando se reduce la ayuda humanitaria, siempre son las personas más vulnerables las que más sufren.

Hago un llamado para que se reanude de inmediato la entrada de combustible a Gaza. Esto no puede esperar.

La población civil de Gaza está soportando un sufrimiento inimaginable.

Necesitamos un acceso humanitario total, seguro e ininterrumpido para que la ayuda pueda llegar a las personas.

Necesitamos combustible para poder llevar a cabo las operaciones humanitarias.

Y necesitamos un alto el fuego permanente inmediato y la liberación incondicional de todos los rehenes.