The United Nations Office for Project Services (UNOPS)

Atención sanitaria cerca de casa

Este artículo se publicó hace más de dos años, por lo que algunos de los datos que contiene podrían estar desactualizados.

Unos 200 kilómetros al sureste de Yangón, un nuevo centro de salud presta servicios al municipio de Thaton en el estado de Mon (Myanmar), de 275.000 habitantes. El centro de salud Pawdaw Mu es uno de los 21 centros construidos gracias a la financiación de Ooredoo, operador de telefonía móvil, para cubrir la acuciante necesidad de servicios de salud en todo el país

«Mingalarbar». Con este saludo común en Myanmar, la partera Khin Cho Cho Thet recibe a las pacientes que esperan su reconocimiento médico. Los habitantes de pueblos aledaños acuden al centro con una amplia variedad de síntomas y necesidades: desde el resfriado común y diabetes hasta la atención prenatal, pasando por vacunas y anticonceptivos.

En un país con una de las mayores tasas de mortalidad de niños menores de cinco años y materna de Asia Sudoriental, urge mejorar la calidad de los servicios de centros y clínicas de salud para fortalecer el sistema de atención sanitaria y ampliar el acceso a todas las personas, incluidas las comunidades desfavorecidas y vulnerables. Todos los días fallecen mujeres por causas que se pueden prevenir y que están relacionadas con el embarazo, parto y complicaciones durante las primeras semanas tras dar a luz. La tasa de mortalidad materna varía según el estado y la región, pero es considerablemente inferior en zonas urbanas en las que las mujeres pueden dar a luz en instalaciones con atención obstétrica básica y de urgencia.

Hace apenas unos meses, el acceso a servicios de salud en Thaton era muy diferente. Los miembros de la comunidad tenían que recorrer largas distancias para llegar al hospital principal, algo especialmente problemático para embarazadas y personas mayores, e incluso peligroso a menudo por la noche. En la actualidad, el centro de salud comunitario ha abierto sus puertas y atiende a unos 10 o 12 pacientes a diario.

«El centro de salud abre de lunes a viernes. Los jueves atendemos a mujeres en diferentes fases del embarazo. Los miércoles atendemos a personas mayores. Pero atendemos a cualquier paciente, venga cuando venga. Damos a nuestros pacientes todo medicamento que recibimos de forma gratuita de fondos públicos», explica la partera Khin Cho Cho Thet.

Esta clínica está limpia y bien situada, es segura y cuenta con todos los equipos necesarios».

Khin Cho Cho Thet - Partera

Resulta importante destacar que la nueva clínica está totalmente equipada y cuenta con espacios adecuados para el parto. «Antes teníamos que ir a casa de la mujer para ayudarla a dar a luz», señala Khin Cho Cho Thet. «Como sabrá, las casas no están tan limpias como las clínicas. La mayoría de nuestras pacientes son muy pobres. Esta clínica está limpia y bien situada, es segura y cuenta con todos los equipos necesarios». 

Daw Khin Cho Cho Thet se hizo partera después de que falleciera su padre y tuviera que cuidar a su madre, quien a menudo estaba enferma en el hospital. Se hizo partera esperando poder cuidar mejor a su madre y no tener que ir al hospital con tanta frecuencia.

Recuerda a una mujer que vivía en un arrozal fuera del pueblo y que acudió a la clínica para pedir que la ayudara durante el parto. Dos de sus cuatro hijos fallecieron poco después del parto debido a una infección del cordón umbilical. Para ella, dar a luz era complicado.

«La atendimos lo mejor que pudimos con lo que habíamos aprendido del ginecólogo… Perdió mucha sangre durante el parto», recuerda Khin Cho Cho Thet.

Explicó además que, dado que la mujer vivía en un arrozal sin acceso servicios de salud, se tomaron precauciones adicionales: «Hicimos que se quedara más tiempo en la clínica, y yo cuidé de ella. Estaba muy agradecida. Al cuarto día, el cordón umbilical del bebé se desprendió y la dejé ir a casa con los medicamentos que necesitaba».

May Nwe Oo

May Nwe Oo ha acudido al centro de salud para hacerse un análisis de sangre para la diabetes. Su hijo, de cuatro años, también acude al centro cuando enferma. «Es muy práctico que el centro esté aquí en el pueblo, porque el hospital de la ciudad está muy lejos», afirma May Nwe Oo. Añade: «La partera está disponible las 24 horas del día, ya que los empleados viven dentro del recinto del centro de salud. Aquí todo está limpio y ordenado. En diferentes aspectos, como la distribución de los espacios y la asistencia prestada, es similar a un hospital».

No muy lejos de allí, un nuevo centro de salud en Kyaikhto, otro pueblo del estado de Mon, también ofrece servicios de salud más cerca de sus pacientes. 

Phyu Phyu Htway

Phyu Phyu Htway dio a luz a su segunda hija, Shwe Sin Htun, en la clínica hace seis meses, un sábado. «Al principio pensé en dar a luz en casa. Pero es difícil dar a luz en casa y es complicado para la partera venir a mi casa y volver, así que me decidí por la clínica y di a luz aquí. Es un lugar muy limpio y estoy satisfecha».

Phyu Phyu Htway se fue del centro de salud tres días después de dar a luz, una práctica común en el centro.

«Tras el parto, la madre se queda tres días, y el padre va y viene», explica la partera Nwe Ni San. «Todas las mañanas comprobamos la presión sanguínea y que la lactancia está yendo bien para la madre y el bebé».

Soe Soe Thin

Soe Soe Thin perdió a su primer bebé. Hace cuatro meses, dio a luz a un niño en el centro de salud. Describe su experiencia así: «Llamé a la partera en plena noche, sobre las tres o cuatro de la mañana, cuando empecé con síntomas, y llegué a la clínica por la mañana temprano. El bebé nació a las 8:15».

La partera lleva consigo un teléfono en todo momento y está preparada para atender a sus pacientes cuando la llaman durante la primera fase del parto. Soe Soe Thin añade: «Después del parto, la partera se ocupó de las vacunas, me enseñaron a dar el pecho y me explicaron la importancia de hacerlo solo durante los primeros seis meses».

Ahora, Soe Soe Thin acude a la clínica todos los meses para que la vacunen y para hacerse revisiones generales. Está a tan solo cinco minutos andando desde su casa, algo que agradece. Afirma además: «Aquí es mejor porque todo está limpio y ordenado. La partera está siempre cerca y me ayuda mucho».

En nueve estados y regiones, hay ahora 21 centros de salud que atienden a las comunidades necesitadas. Al proporcionar servicios más cerca de casa, las personas que viven en regiones rurales y periurbanas tienen más posibilidades de recibir la atención médica que tanto necesitan.

La inversión en infraestructura de salud como la que vemos aquí es clave a la hora de acelerar el avance de Myanmar para reducir la mortalidad materna y neonatal y poner fin a las muertes que se pueden evitar de recién nacidos y de niños menores de cinco años. Esta asociación entre Ooredoo y UNOPS es un ejemplo de la colaboración entre el sector público y privado para respaldar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de las prioridades nacionales relativas a los ODS de países como Myanmar.

Información sobre el proyecto

Para ayudar a combatir las elevadas tasas de mortalidad materna e infantil en Myanmar, UNOPS se ha asociado con el operador de telefonía móvil Ooredoo. Este último ha invertido 3,1 millones USD en la construcción de 21 centros de atención primaria en comunidades rurales y periurbanas en todo el país. Los centros trabajan en estrecha colaboración con el Ministerio de Salud y Deporte para atender las necesidades sanitarias de la comunidad, con especial atención a la salud maternoinfantil y neonatal.

Los centros se han construido con la sostenibilidad como eje; los edificios están diseñados para resistir peligros naturales, como terremotos y cargas de viento, y emplean fuentes de energía renovables y tecnología de gestión de residuos.

Hasta la fecha se ha completado la construcción de 16 centros de salud y se están construyendo otros cinco. Este proyecto también está ayudando a mejorar los medios de vida y las economías locales al crear puestos de trabajo para los habitantes de la zona. En 2017, se generaron aproximadamente 48.000 días de trabajo para trabajadores locales, de los cuales más de 6.000 fueron para mujeres.


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