The United Nations Office for Project Services (UNOPS)

Vivir con Dignidad: Historias de fortaleza desde la primera línea de los desplazamientos

Desde aldeas devastadas por fenómenos climáticos en Bangladesh hasta barrios urbanos en Colombia y asentamientos de personas refugiadas en Uganda, las comunidades están trazando nuevos caminos hacia la resiliencia y la dignidad.

El fondo de subsidios Vivir con Dignidad, puesto en marcha en 2020 y financiado por la Unión Europea, tiene como objetivo promover soluciones a largo plazo y orientadas al desarrollo para los desplazamientos forzosos. 

Gestionado por UNOPS, el fondo prestó apoyo a 14 proyectos en 15 países de África, Asia y América, y benefició a más de 950.000 personas. Mediante el fomento de iniciativas dirigidas por las comunidades locales, el fondo trabajó con diversos asociados para desarrollar la resiliencia, restablecer las condiciones de vida dignas y empoderar a las comunidades desplazadas y de acogida.


Bangladesh

Fortalecimiento de la resiliencia climática en la costa de Bangladesh

En la remota aldea de Labubunia, al suroeste de Bangladesh, la tierra cambia con cada estación.

El agua pasó por esta zona, desde esta parte hasta aquella, justo donde estoy ahora. Vivir en este lugar es extremadamente difícil y peligroso».

Rafiqul Islam - residente de Labubunia

Los ciclones, las inundaciones y el aumento del nivel del mar han devastado esta región. Sin embargo, en lugar de esperar a que se produzca otro desastre, la comunidad está actuando.

Gracias al apoyo de un proyecto del fondo de subsidios Vivir con Dignidad dirigido por la ONG local Uttaran y Educo International, la población ha formado comités de resiliencia, reparado carreteras, fortificado muros de contención y colaborado para proteger vidas y tierras.

«Estamos aprendiendo a proteger nuestras vidas y nuestras tierras», afirma Anwar Hossain, que dirige los esfuerzos locales. «Hombres y mujeres trabajan conjuntamente».

El proyecto también reforzó los vínculos entre las comunidades y los sistemas gubernamentales, ayudando a restablecer el contrato social interrumpido por los desastres. Con nuevas capacidades, conocimientos y voces más firmes en la toma de decisiones, la población está mejor preparada para hacer frente a las amenazas climáticas, sin necesidad de abandonar sus hogares.

Colombia

Desafío a la discriminación en las ciudades sin fronteras de Colombia

Colombia acoge a casi 2,8 millones de personas desplazadas desde Venezuela. En ciudades como Medellín, muchas personas migrantes sufren discriminación y exclusión.

«Cuando llegué a Colombia, mis compañeros y compañeras se burlaban constantemente de mí por ser venezolana», cuenta Hillary Chantal, estudiante y camarera. «Acusaron a mi familia de robar y comer de la basura. Me sentí avergonzada de quién era y de dónde venía».

El proyecto Ciudades sin Fronteras, una iniciativa del Laboratorio Barrio U de la Universidad de Antioquia y la Fundación Casa de las Estrategias, abordó esta cuestión de manera directa.

Con el apoyo del fondo de subsidios Vivir con Dignidad, el proyecto promovió la inclusión a través de la investigación, la educación y la comunicación estratégica. En seis ciudades, más de 1.400 estudiantes y 109 docentes participaron en una capacitación que transformó la forma de entender el desplazamiento en las aulas.

«Necesitamos descubrir otro tipo de historias en los medios de comunicación», afirma Carlos Mendoza, trabajador de la construcción colombiano. «Escuchar sus historias de lucha me hizo darme cuenta de que compartimos los mismos sueños para nuestras familias».

Las alianzas con los medios de comunicación locales amplificaron las nuevas narrativas, y permitieron crear nueve reportajes periodísticos con las propias personas migrantes.

«La experiencia de ser entrevistada y poder hablar de nuestro trabajo fue profundamente enriquecedora», afirma Flor Elena Ruiz, que es venezolana y aparece en un reportaje. «A través de la música, hemos encontrado una forma de contribuir positivamente a la comunidad que nos acogió».


Sudán del Sur y Uganda

Fomento de la paz en la frontera entre Sudán del Sur y Uganda

En el asentamiento de personas refugiadas de Palabek, en Uganda, cerca de la frontera con Sudán del Sur, las familias desplazadas no son ajenas al trauma del desplazamiento. Se enfrentan a desafíos diarios, pero también a oportunidades para reconstruir.

«Hemos recibido mucho apoyo para ayudarnos a cultivar estas tierras», afirma Onama Kennedy, que se dedica a la agricultura y tuvo que desplazarse para refugiarse. «Esto ha ayudado a unir al grupo».

Con el apoyo del fondo de subsidios Vivir con Dignidad, la Federación Luterana Mundial y los Servicios de Apoyo al Desarrollo Comunitario en Sudán del Sur implementaron un proyecto transfronterizo de consolidación de la paz que combinó respuestas integradas que englobaban medios de subsistencia, protección, educación y agua y saneamiento.

La capacitación en agricultura reunió a comunidades de acogida, personas retornadas y personas refugiadas, lo que impulsó la seguridad alimentaria y fortaleció los lazos sociales. No obstante, los resultados positivos se extendieron más allá de los campos.

«Trabajamos con mujeres gravemente deprimidas», señala Jennifer Oroma, que dirige un grupo de apoyo psicosocial en Palabek. «A medida que estas mujeres se relacionan, aprenden y sus compañeras aprenden de ellas. Esto ha ayudado tanto a las personas refugiadas como a las comunidades de acogida a convivir».

Lo que hizo único a este proyecto fue su dimensión transfronteriza. En colaboración con líderes locales y agentes de fronteras, apoyó la libertad de circulación y el retorno seguro cuando las condiciones lo permitieron.

La razón por la que volví es porque la gente nos llamaba por teléfono. Conversábamos y nos decían que nuestro hogar estaba bien».

Mario Odingo - quien regresó a Sudán del Sur con su familia

Con nuevas capacidades, redes y confianza, las personas retornadas como Odingo contribuyen ahora a la paz y el desarrollo en su país.


El fondo de subsidios Vivir con Dignidad

El fondo de subsidios Vivir con Dignidad: Un enfoque orientado al desarrollo

El fondo de subsidios Vivir con Dignidad puso en marcha compromisos mundiales para mejorar el apoyo a las personas afectadas por los desplazamientos. Al dar prioridad al liderazgo local, valorar los conocimientos indígenas y promover la colaboración entre agentes tradicionales y no tradicionales, ofreció un nuevo modelo de desarrollo en contextos de desplazamiento.

Mediante intervenciones multitemáticas y dirigidas por las comunidades, el mecanismo ayudó a las personas a pasar de la dependencia de la ayuda a la autosuficiencia, demostrando cómo pueden aprovecharse los subsidios estratégicos para ofrecer soluciones dignas y a largo plazo a las comunidades que se desplazan.


Objetivo Mundial respaldado a través de esta iniciativa:


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