Gambia, un país pequeño y frágil ubicado en África Occidental, enfrenta un incremento en la pobreza, la inseguridad y la malnutrición. Durante los últimos diez años, el país ha sufrido los efectos del cambio climático, como sequías e inundaciones, y los brotes epidémicos de enfermedades como el Ébola, que han dejado en mayor vulnerabilidad a los 2,1 millones de personas que conforman la población del país.