Desde abril de 2023, el conflicto ha obligado a más de 9 millones de personas en Sudán a abandonar sus hogares. A medida que aumentan las necesidades y casi 26 millones de personas se enfrentan a elevados niveles de inseguridad alimentaria, el suministro de ayuda vital se ve gravemente obstaculizado por el legado letal de la guerra: los artefactos explosivos.

En las zonas densamente pobladas de la capital del país, Jartum, se ha detectado una contaminación generalizada, que incluye minas terrestres antipersonal colocadas recientemente. Estos peligros restringen los desplazamientos, perturban las economías locales e impiden que las organizaciones humanitarias lleguen a quienes necesitan ayuda desesperadamente. La presencia de artefactos explosivos afecta al acceso a infraestructura esencial y supone una amenaza constante para la población civil, especialmente para niños y niñas, que representan más del 43% de la comunidad de la zona.

«Las necesidades en materia de acción contra las minas son inmensas», explica Amir Omeragic, Director del Clúster para la Paz y la Seguridad de UNOPS, que visitó uno de los campos de minas recién descubiertos en el centro de Jartum.

UNOPS, en nombre del Servicio de las Naciones Unidas de Actividades Relativas a las Minas (UNMAS), trabaja en estrecha colaboración con el sistema de las Naciones Unidas y con asociados internacionales y locales para eliminar estos peligros. En el marco de una colaboración que se prolonga desde hace más de 28 años, UNOPS gestiona actividades para garantizar un acceso seguro a las operaciones humanitarias. Esta respuesta integral de acción contra las minas cuenta actualmente con la financiación del Gobierno de Canadá, la Unión Europea, el Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia, el Ministerio de Relaciones Exteriores, del Commonwealth y de Desarrollo del Reino Unido y el Programa Mundial de Alimentos.

«En tan solo una semana, se descubrieron y retiraron 12 minas antipersonal y tres minas antivehículo. Y eso solo en un campo de minas», explica Amir. 

«UNOPS está preparada para ampliar las operaciones en Sudán con el fin de apoyar a nuestros asociados de las Naciones Unidas y ayudar a las comunidades a retomar sus vidas de forma segura».

Además del desminado, UNOPS facilita la educación sobre el riesgo de los artefactos explosivos para proporcionar a las comunidades los conocimientos necesarios para mantenerse a salvo. Esta iniciativa se lleva a cabo con el apoyo del Consejo Danés para los Refugiados y JASMAR, una organización sudanesa de acción contra las minas terrestres. 

Nariman Dafallah Ibrahim Doka, punto focal de enlace comunitario con JASMAR, comenzó su trayectoria como cocinera del equipo de desminado en 2019. Inspirada por la misión, se formó para ser educadora.

La eliminación de los riesgos de explosivos es el primer paso hacia la recuperación. Mediante el desminado de carreteras y barrios, UNOPS facilita que asociados como el Programa Mundial de Alimentos puedan regresar a Jartum y distribuir ayuda esencial.

«El Programa Mundial de Alimentos ha regresado a Jartum para apoyar la recuperación y el retorno de la población», afirma Carl Skau, Director Ejecutivo Adjunto del Programa Mundial de Alimentos. «Uno de los elementos clave es el desminado y la eliminación de artefactos explosivos».

«[Nuestros asociados] tienen un equipo impresionante sobre el terreno que está llevando a cabo labores de desminado... Me han enseñado cómo han eliminado tanto minas antitanque como minas antipersonal.

[Los artefactos explosivos] son un gran problema. Poder trabajar para ayudar a la población a recuperarse y regresar a sus hogares es un componente clave del trabajo humanitario».

Mediante el desminado, la coordinación y la educación, UNOPS está ayudando a crear un entorno más seguro para la población de Sudán, sentando las bases para la recuperación y un futuro sin miedo.

Esta iniciativa, implementada por UNOPS en nombre de UNMAS, apoya a la Autoridad Nacional de Acción contra las Minas de Sudán en la mitigación de la amenaza de explosivos en todo el país. El proyecto incluye el reconocimiento técnico y el desminado de campos de minas antipersonal y antivehículo, así como la retirada de restos explosivos de guerra de zonas densamente pobladas. Estas operaciones técnicas son un requisito previo para el acceso de la ayuda humanitaria, ya que aseguran las rutas logísticas y la infraestructura para que asociados como el Programa Mundial de Alimentos puedan suministrar ayuda y apoyar las labores de recuperación en condiciones de seguridad.

Esta respuesta integral de acción contra las minas cuenta con la financiación del Gobierno de Canadá, la Unión Europea, el Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia, el Ministerio de Relaciones Exteriores, del Commonwealth y de Desarrollo del Reino Unido y el Programa Mundial de Alimentos. A fin de garantizar la seguridad de toda la comunidad, UNOPS colabora con los asociados en la implementación, incluidos el Consejo Danés para los Refugiados y la Organización de Seguridad Humana JASMAR, para impartir educación específica sobre los riesgos de los artefactos explosivos. Este enfoque coordinado de múltiples asociados integra el desminado técnico con la participación de la comunidad para proteger a la población civil y sentar las bases para la estabilidad a largo plazo.