The United Nations Office for Project Services (UNOPS)

Un impulso a la agricultura familiar: la historia de Virila

Este artículo se publicó hace más de dos años, por lo que algunos de los datos que contiene podrían estar desactualizados.

Con motivo del Día de las Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas, conocemos la historia de Virila Pereira, propietaria de una pequeña empresa que se dedica a ayudar a pequeños productores de las zonas rurales del Paraguay.

La agricultura familiar es una práctica agraria muy extendida en el Paraguay y constituye un sector que se caracteriza por la baja productividad y por el acceso limitado a la tierra, al capital y a la tecnología. Debido a que con frecuencia los métodos de cultivo disponibles están obsoletos y los recursos financieros son escasos, queda tierra fértil sin cultivar.

UNOPS apoya a sus asociados, el Gobierno del Paraguay e Itaipu Binacional, para prestar a los habitantes del Paraguay diversas formas de asistencia. Por un lado, los agricultores reciben ayuda para a acceder a tierra fértil sin utilizar; por otro, a los propietarios de pequeñas empresas se les ofrece la oportunidad de apoyar a los agricultores y de prestarles las herramientas que necesiten para cultivar sus terrenos de manera más eficiente. De este modo, se favorece el rendimiento de los cultivos de los que dependen los medios de vida de familias enteras, lo que estimula uno de los principales sectores económicos del país.

El resultado final beneficia a partes iguales a los propietarios de las pequeñas empresas, a los pequeños productores y a los agricultores de las zonas rurales del Paraguay.

120.000
personas se han beneficiado del proyecto
MODERNIZACIÓN DE LA AGRICULTURA FAMILIAR EN EL PARAGUAY

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La historia de Virila

Virila Pereira es propietaria de una pequeña empresa en Caazapá, en el sur del Paraguay. Virila creció en Colonia Cosme, a 20 kilómetros de la ciudad de Caazapá, en el seno de una familia dedicada a la agricultura a pequeña escala. A los 12 años, tuvo que dejar a sus padres y a sus siete hermanos para comenzar la secundaria, con la esperanza de poder llegar a apoyarles en lo que necesitaran. Más tarde, se mudó a Asunción para cursar estudios universitarios. «Para mí fue lo máximo. Con muchos esfuerzos terminé mis estudios. Desde aquel entonces ayudé a mi familia como pude».

Tras su etapa de formación, Virila trabajó durante 25 años como funcionaria en el Ministerio de Hacienda del Paraguay. A raíz de un acontecimiento desafortunado, Virila se quedó sin trabajo y con dos hijos a su cargo.

«Fue un momento difícil. No tenía trabajo y estaba en una situación de vulnerabilidad, tanto a nivel económico como emocional. Aunque tenía que hacer de padre y madre de mis dos hijos, tenía la firme convicción de salir adelante y demostrarme a mí misma que no estaba equivocada. Debemos enseñar a nuestros hijos e hijas que en los momentos más difíciles debemos sacar fuerza de donde sea y no rendirnos; tomar ese momento porque lo bueno está más cerca que nunca».

En ese momento, Virila decidió dar el salto y cumplir su sueño: ser una empresaria de éxito.

En 2012, creó una pequeña empresa para prestar servicios al Ministerio de Agricultura y Ganadería del Paraguay, a través de la que asistió a 100 pequeños productores de Caazapá, cerca de su municipio natal.

Ayudar a pequeños productores y poder colaborar con ellos es una actividad importante para mí. Es un sueño que tuve toda la vida porque nací en una familia de pequeños productores también».

- Virila Pereira

Un tiempo después de haberse embarcado en esta empresa, Virila leyó en un diario local un anuncio de UNOPS para la licitación de un proyecto de mecanización de parcelas agrícolas para pequeños productores. Decidió participar en el proceso y le adjudicaron la licitación para prestar servicios de preparación del suelo de 500 hectáreas de terreno.

Casi cinco años más tarde, su empresa familiar ha prosperado y, además de personal técnico, en ella trabajan sus hijos, sobrinos y vecinos. En la actualidad, Virila cuenta con alrededor de 20 empleados y subcontrata operarios y maquinaria cuando lo necesita. Su empresa ha preparado el suelo y ha mecanizado la plantación de más de 10.000 hectáreas.

«Este proyecto me permite ver los resultados. Veo la satisfacción de los pequeños productores y, a través de ellos, logramos que pequeñas empresas como la mía también logren un avance importante».

Virila se siente afortunada y orgullosa de haber superado los obstáculos que ha encontrado en el camino y de los logros que ha conseguido. «Me gustaría decir a las mujeres que somos suficientemente capaces de sobresalir. Ni nuestra condición económica ni de género deben ser un obstáculo para nuestro propósito. Para ello, debemos perder el miedo, asumir y soportar las consecuencias de nuestros actos y no usar nuestro valioso tiempo en arrepentimiento de los errores cometidos, sino tomarlos como herramientas para mejores venideros. No he encontrado otro secreto más que el trabajo tesonero para lograrlo», explica al aconsejar a las futuras empresarias.

Información sobre el proyecto

Desde 2014, UNOPS ha apoyado las iniciativas del Gobierno del Paraguay para modernizar la agricultura familiar mediante una completa gama de servicios como, por ejemplo, la adquisición de herramientas y maquinaria modernas para fomentar el cultivo de la tierra, la provisión de productos agrícolas, la supervisión de las actividades y la gestión de los proyectos relacionados.

A través de estos proyectos se han rehabilitado más de 40.000 hectáreas de tierras agrícolas, con lo que se ha mejorado la seguridad alimentaria y los medios de vida de los usuarios de las tierras.

Gracias al apoyo del Gobierno del Paraguay y de Itaipu Binacional, el proyecto ha beneficiado a más de 120.000 personas.


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